Comunicar es un arte

4 de enero de 2022

Según la RAE “arte” en su primera acepción, “es la capacidad, habilidad para hacer algo”. Según esta definición, podemos considerar que comunicar es un arte, pero no todos lo ven así. Muchas veces nos preguntamos ¿por qué hay personas que consiguen interaccionar rápido, mientras que otras no parecen ser capaces de lograrlo? Enrique Alcat en su libro ¡Influye!, dice “Las personas que sonríen con suavidad y miran a los ojos del otro, alcanzan antes sus objetivos”.

Comunicar es influir, es conectar, es mucho mas que contar… comunicar es colocar sentimiento con la voz y con el cuerpo, es poner en común ideas, emociones, pensamientos, es decir algo a alguien y decirlo con claridad, es que la persona entienda, lo que se quiere decir, ¿verdad? Parece obvio, pero en mi opinión, es la asignatura pendiente de casi todos. En mi experiencia, si profundizamos un poco, la gran mayoría de los conflictos se deben a una ineficiente comunicación, damos por hecho que nos van a entender, sin pensar cuales son las circunstancias del receptor, y el “ruido” que le puede provocar nuestro mensaje o el entorno.

El filósofo austriaco Ludwing Wittgenstein llegó a decir “los limites de nuestro mundo son los límites de nuestro lenguaje”. En el contexto de la comunicación entre personas sólo hay que mirar donde están los conflictos en las organizaciones y en la vida personal, y un gran porcentaje tienen que ver con la comunicación; las expresiones como: “está muy mandón últimamente”, “no hay quien la aguante”, “no me entiende”, “no lo hacen bien”, son el día a día…, son señales de que algo ocurre en el momento de interactuar y cuando esto pasa, nos preguntamos alguna vez ¿por qué y cuáles son las circunstancias de estas acciones atípicas de la persona?


Echa una mirada a la imagen. ¿En qué te has fijado mas? En los ojos, labios, pelo, colores, forma… ¿Qué te trasmite? Tristeza, provocación, enfado... ¿Qué es lo importante de la imagen para ti?  La interpretación de lo “importante” es subjetivo, siempre que lo dejemos al azar. Una comunicación que tenga intención, una buena dosis de empatía, y que lleve implícita la necesidad de construir relaciones de confianza, mejora los conflictos y compromete e implica a las personas. 


En el ámbito de las organizaciones, bien sabemos que están compuestas por personas, desde el punto de vista temporal como en el caso de un proyecto u organización permanente vista como una empresa.  Si nos centramos en el cambio organizacional temporal y poniendo de relieve la importancia que tiene la comunicación en este tipo de proyectos, el primer dilema que debería aparecer es ¿qué y cómo vamos a comunicar? Esta pregunta con intención que he puesto en valor en varios proyectos en los que he colaborado, es la diferencia entre pensar en los demás para que entiendan el qué va a “cambiar” o de lo contrario no hacer nada y dejarlo a la libre interpretación, sin tener en cuenta que una organización ya sea temporal o permanente es una “bolsa” con un contenido muy particular; diversidad de personalidades con distintos intereses, actitudes, aptitudes, percepciones, objetivos, influencia… y donde la voluntad de no comunicar es el primer y gran detractor. Poco a poco vamos siendo conscientes de que la comunicación no es una solo una herramienta que elijo y donde incluyo los nombres de los implicados y voila!.

La comunicación deberíamos reconocerla como el flujo transversal y bidireccional con una intención implícita, que debe contener una gran dosis de empatía y con un objetivo, generar relaciones de confianza. 

Comunicar es influir, es conectar, es mucho más que contar… ¿Y tu, comunicas bien?


Este artículo fue publicado en stakeholders.news- St001-Diciembre21.pag.65